EL tiempo no perdona, pero Elton John sigue intacto, ha superado su propia calidad y su magistral forma de tocar el piano, tal y como lo demostró en el Auditorio Nacional, ante un público que quedó cautivado, atrapado, en una maravillosa velada nostálgica.

Como los buenos vinos, su arte al piano sigue maravillando, el cantante británico mostró que sus cualidades son más grandes que su leyenda.

Nos atrapó con una sonrisa, y ante su piano nos pasó una lista amplia de sus éxitos

"Levon", "Sixteen Years Ago", "Silly", "Dawn Little Brother", "Let In peace", "Candle On the wind", "Boys New Richs", entre otras.

Vestido con un saco color morado, con luces brillantes demuestra que aún conserva ese toque estrafalario con el que se dio a conocer, su traje, con su saco largo, lleva bordado en la espalda una bailarina de la India, y lo remataba con una camisa color lila.

Prodigioso en el piano, ofreció un verdadero recital en una noche plagada de recuerdos, en donde sus dedos danzaban como ágiles bailarines.

A pesar de que su público lo recibió con entusiasmo le aplaudió con gusto y coreó sus temas más conocidos, parece que nos estamos acostumbrando a escuchar el recital de un cantante acompañado sólo de su piano, ya que mostraron una cierta molestia, saliendo del foro una y otra vez.

Sin embargo, en el escenario el intérprete de 69 años seguía mostrando su energía y entusiasmo de complacer a su público, a esos que realmente vinieron a escucharlo y no a presumir que estuvieron en el concierto de Elton John.

Temas como "Rocket man", del cual hizo una espléndida adaptación con todo y eco de su propia voz "Nikita", "Your never to old sayf, some body" que compuso con otra leyenda del rock León Russell, para concluir con "The Bich is Back" y "Crocodile"

Elton John demostró lo grande que es al piano, sedujo a los casi diez mil asistentes, pero sobre todo ofreció un recital por el ser humano, por el respeto y la dignidad de las personas y por todo el respeto que nos inspira su música.